SER VEGANO POR EL PLANETA

Desde VEGANCOIN  queremos ahondar en la importancia de cuidar nuestro planeta, así como a todos los seres que la habitamos, y no se trata únicamente de ahorrar agua (en las actividades cotidianas como duchas, limpieza, etc.), o apagar la luz cuando no la usamos, sino en ser conscientes de la principal actividad que realizamos a diario y que tiene un gran impacto en nuestro planeta, y esa es “la alimentación”.

LA GANADERIA

La ganadería es uno de los mayores contribuyentes de las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación, la contaminación del agua y la contaminación del aire. En todo el mundo, la producción de carne y lácteos utiliza el 83% de las tierras agrícolas y produce el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura, mientras que proporciona solo el 18% de las calorías y el 37% de las proteínas. Por tanto, con tantas alternativas disponibles, cada vez se vuelve más sencillo tomar decisiones que ayuden al medio ambiente.

Por el contrario, una hamburguesa vegana  es casi idéntico, desde el punto de vista nutricional, a una hamburguesa de carne de un cuarto de libra, pero genera 90% menos emisiones de gases de efecto invernadero, requiere 46% menos energía, 99.5% menos agua y utiliza 93% menos tierra en comparación con la producción, envasado y distribución de la carne de vacas de EE. UU.

LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO

Existen informes y estudios que demuestran que una dieta vegana tiene el mayor potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo uno de los más reseñables el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (2019), el cual  enfatizó que un cambio hacia dietas basadas en plantas, sería una gran oportunidad para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta. Otro estudio, de 2020, publicado en Nature Sustainability, encontró un alto costo de oportunidad de carbono de la agricultura animal, de modo que la tierra desplazada por alimentos de origen animal tiene el potencial de capturar 152.5 gigatoneladas de carbono (GtC) en la biomasa vegetal viva si la humanidad cambiaran su alimentación y comenzaran a consumir una dieta vegana.

 Asimismo, los pastos utilizados para alimentar animales rumiantes criados para carne y productos lácteos, representan el 72% del carbono, mientras que las tierras de cultivo para forraje constituyen el otro 28%. Dicha  cantidad de carbono representa la última década de emisiones de combustibles fósiles y el equipo de investigación lo consideraron comparable a las reducciones necesarias para limitar el calentamiento global a 1,5 °.

Al hilo de lo anterior, es interesante comentar que el estudio de la Universidad de Michigan y la Universidad de Tulane (2020), estimó que reemplazar la mitad de todos los alimentos de origen animal, por alimentos de origen vegetal, podría resultar en una disminución del 35% en las emisiones relacionadas con la alimentación en los EE. UU., y ello supondría una reducción de aproximadamente 224 toneladas métricas de emisiones anuales, la misma cantidad que 47,5 millones de vehículos de pasajeros para el 2030.

Por otro lado, un informe de The Lancet (2019) comparó los modelos de cambios en la producción de alimentos y la reducción estimada de los gases de efecto invernadero, concluyendo que haciendo un cambio a una alimentación basadas en plantas podría reducir las emisiones relacionadas con los alimentos hasta en un 80% para el 2050, siendo las dietas veganas, las que tienen el mayor potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: hasta un 35 a 55% (Journal of Cleaner Production, 2015).

 

En el Our World in Data (2020), realizaron unos ensayos  para demostrar que producir 100 gramos de proteína a partir de guisantes, se emite 0,4 kilogramos de dióxido de carbono, mientras que, producir esa misma cantidad de proteína a partir de carne de vacas, emitiría casi 90 veces más; por lo que se determinó que de todas las fuentes de proteínas, las plantas tienen la menor huella de carbono, independientemente de los métodos de producción (inclusive si se comparan las emisiones de los productores de carne y lácteos de menor impacto con los productores de plantas de mayor impacto, las fuentes de proteínas a base de plantas tienen una menor huella de carbono que las otras).

EL AGUA

En pleno siglo XXI, nos encontramos que aproximadamente 783 millones de personas, en todo el mundo, no tienen acceso a agua potable limpia, sin embargo, la agricultura animal utiliza casi 1/3 del agua potable disponible (Water Resources and Industry, 2013).

También nos encontramos con un estudio del año 2016, publicado en Science of the Total Environment, comparó la dieta mediterránea tradicional (que incluye productos de origen animal), dietas pesco-vegetarianas y dietas vegetarianas, encontrando que las dietas vegetarianas tenían la huella hídrica más baja, con una reducción del 30-53%. Una revisión sistemática publicada en Public Library of Science (2016) analizó una variedad de dietas comunes y sostenibles en comparación con la dieta estándar occidental, y encontraron que, las dietas veganas, utilizan la menor cantidad de agua y, que los cambios en la dieta, pueden reducir el consumo de agua en un 50%. Esta revisión también encontró que las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de tierra podrían reducirse hasta en un 70-80%.

La Tierra

Como todos sabemos, la ganadería es una de las principales causas de deforestación, siendo su impacto ambiental, incluso a través de métodos “sostenibles”,  mucho mayor que la producción vegetal.

Existe un estudio realizado en la Universidad de Oxford, en el 2018, que mostró que los productos lácteos y de carne de menor impacto causan más daño ambiental que los productos de cereales y vegetales de mayor impacto (un ejemplo claro sería  el que la carne de vacuno de bajo impacto utiliza 36 veces más tierra que los guisantes). El mismo estudio mostró que si todas las personas dejaran de comer carne y productos lácteos, el uso de las tierras agrícolas en todo el mundo podría reducirse en un 75%, el área equivalente al tamaño de EE. UU., China, Australia y la Unión Europea combinados.

 

Por otro lado, es importante tener en cuenta 2/3 de todos los cultivos de soya, maíz y cebada; y aproximadamente 1/3 de todos los cultivos de granos se utilizan para alimentar a los animales, por lo que reducir el consumo de productos animales haría que las tierras destinadas para la alimentación de los animales estén disponibles para otros usos (Lancet, 2019).

 

La Universidad de Wisconsin-Madison (2018), realizo un estudio para comparar el uso de tierra individual de cada alimento de origen animal en el sistema alimentario de los EE. UU., con el de una alternativa basada en plantas comparable a nivel nutricional. Determinaron  que reemplazar todos los productos de origen animal podría satisfacer/mantener a 350 millones de personas adicionales; concluyendo también que, área de tierra capaz de producir 100 gramos de proteína comestible proveniente de las plantas solo podría producir 60 gramos de proteína comestible proveniente de los huevos, 50 gramos de proteína de los pollos, 25 gramos de proteína de los productos lácteos, 10 gramos de proteína de los cerdos, y solo 4 gramos de proteína de la carne de vacas.

LA CONTAMINACIÓN Y EL RACISMO AMBIENTAL

Desafortunadamente, nos encontramos que las granjas de cerdos y productos lácteos producen enormes residuos que se almacenan en lagunas y luego se rocían en los campos, siendo el The Sierra Club (2017), quien informó de: “Si los residuos se rocían con demasiada frecuencia, saturan el suelo y se filtran hacia el acuífero y los ríos y arroyos cercanos. La práctica también aerosoliza la materia fecal, creando partículas tóxicas que llegan hasta las casas cercanas, acompañadas por un hedor terrible que obliga a quienes habitan ahí a no salir de sus casas. La mayoría de esas viviendas pertenecen a personas afroamericanas, quienes han tenido sus propiedades empapadas en desechos de cerdos durante décadas y sus pozos también están contaminados.”

 

Sin embargo, a pesar de que durante treinta años, se han presentado quejas sobre el efecto en la salud y en la calidad de vida de las personas que se encuentran en estas situaciones, nos encontramos en que todas han caído en oídos sordos en los gobiernos, lo que hace de este un caso claro de racismo ambiental con un costo en la humanidad que es cuantificable.

 

En definitiva, desde VEGANCOIN  tenemos claro que existe un vínculo directo entre la forma de alimentarnos y nuestro planeta, dado que cada alimento (sea una manzana o un pedazo de carne) tiene un impacto sobre él, puesto que se requieren recursos (tierra, agua, personas, vehículos…) para producir un alimento o para criar a un animal para ser luego consumido. Es más, desde las Naciones Unidas se determinó, allá por el 2006, que la crianza y producción de ganado genera más gases de efecto invernadero (los que hacen que el planeta se caliente más y más pues, en cantidad, evitan que el calor salga de la atmósfera del planeta) que toda la industria de transporte junta.

Asimismo, existe un impacto en la crianza de otros animales como el cerdo, el pollo y el pescado, requiriendo, todos ellos, espacio para su crianza y para sembrar sus alimentos (la mayoría de estos animales comen principalmente plantas para alimentarse); por lo que, para hacernos una idea del impacto que tiene la alimentación, en el mismo, vamos a comentar, por ejemplo, las hamburguesas:

  • Para producir una hamburguesa de carne de vaca (de 200 gramos) se requieren 3000 litros de agua, lo cual equivale a 1 mes de duchas diarias.

Por lo que se podría plantear ayudar al planeta, ahorrando agua al hacer nuestros baños más cortos (lo cual es ideal) o, si lo que buscas es un impacto más profundo, cambiar nuestros hábitos alimenticios y/o, cuando nos apetezca una hamburguesa, optar por una «hamburguesa vegana»; nuestro planeta te lo agradecerá.

 

Por otro lado, en contraste con lo anterior, podemos comprobar cómo la producción de 200 gramos de legumbres,  usa aproximadamente 300 litros de agua (lo que equivale a un 10% del agua usada para producir la misma cantidad de carne de vaca), por lo que, si eres consciente de este impacto, una acción que puedes realizar es disminuir tu consumo de carnes y reemplazarlo por plantas; es una decisión que tomamos día a día, y la acción de todos suma en su conjunto.

 

 

Desde VEGANCOIN  estamos convencidos de que es posible alimentarnos de una manera deliciosa y equilibrada, y al mismo tiempo, ayudar al planeta, consiguiendo con ello un impacto positivo en nuestra salud y en los seres de este planeta

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